Quantcast
Channel: Magazine - m-night-shyamalan
Viewing all 128 articles
Browse latest View live

'The Visit', lo nuevo de Shyamalan se estrenará el 11 de septiembre

$
0
0

M. Night Shyamalan

Ya hay fecha para el regreso de M. Night Shyamalan a los cines. La nueva película del director, 'The Visit', antes titulada 'Sundowning', ha sido adquirida por Universal Pictures y se estrenará el 11 de septiembre de 2015, al menos en Estados Unidos. Un día especial para ofrecer al público norteamericano una historia de terror...

Recordemos que después de 'After Earth' (2013), un blockbuster que fracasó en la taquilla de EE.UU. y volvió a cosechar las malas críticas que acompañan a Shyamalan desde hace años (la mayoría injustas), el cineasta se embarcó en el rodaje de una producción de bajo presupuesto buscando dar un nuevo giro a su carrera, esquivar expectativas y tratar de sorprender otra vez al público. Para ello ha contado con la colaboración de Jason Blum, productor de éxitos como 'Insidious' (James Wan, 2010) o 'Paranormal Activity' (Oren Peli, 2007).

'The Visit' gira en torno a dos hermanos que se quedan en la granja de sus abuelos; la visita se convierte en pesadilla cuando los niños descubren un perturbador secreto de los ancianos... ¿Alguna conjetura (no sexual)? Espero que Shyamalan tenga suerte y pueda volver a rodar historias más ambiciosas (lo siguiente es un drama con Bruce Willis), es escandaloso que el autor de OBRAS MAESTRAS como 'El sexto sentido' ('The Sixth Sense', 1999), 'El protegido' ('Unbreakable', 2000) o 'El bosque' ('The Village', 2004) reciba palos haga lo que haga.

Vía | Labutaca


Hay más cine ahí fuera (16-23 de febrero): Memes de los Oscar, el futuro de Spiderman y las burlas sobre Grey

$
0
0

Memes Oscar

La gala de los Oscar ha causado que esta nueva entrega de Hay más cine ahí fuera, esa sección de Blogdecine donde hacemos un repaso a lo más interesante sobre el mundo del cine que se ha publicado durante los últimos siete días, salga con un poco de retraso. El menú de esta semana incluye memes de los Oscar, películas odiadas, un disparatado crossover, una magnífica reflexión sobre el valor de los tráileres y a Spiderman. ¿Os animáis a descubrir tanto esos artículos como el resto de mi selección de hoy?

  • Ha llegado un punto en el que los tráileres están empezando a tener un peso excesivo entre los cinéfilos. De hecho, hay casos en los que parece que interesa más la campaña promocional que la propia película. En The Dissolve encontraréis un interesante artículo reflexionando sobre este tema.

  • Hace apenas unas horas que concluyó la decepcionante gala de los Oscar, pero tanto la entrega de los premios como la alfombra roja previa dio material para hacer infinidad de memes de los Oscar 2015 y en Unocero encontraréis una recopilación de los más divertidos. Y si no os parecen suficientes, tenéis más en Minuto Uno.

  • En su momento defendí 'After Earth', una película que creo que considero que fue injustamente destrozado por algunos. Ahora ha sido el mismísimo Will Smith el que ha hecho unas duras declaraciones contra la cinta dirigida por M. Night Shyamalan que podréis leer en La Palomita Mecánica. Además, si queréis saber algo más sobre lo próximo del director indio, entrad en ¡Vaya Tele! para ver el nuevo tráiler de 'Wayward Pines', la miniserie de la que ha rodado su episodio piloto.

Spiderman

  • El hecho de que Spider-Man vaya a formar parte de Los Vengadores es una gran noticia de la que algunos aún están recuperándose. Para haceros una idea de lo que podéis esperar, en El Comercio podréis ver un montaje bastante currado en movimiento sobre cómo podría ser este crosover, mientras que en Collider nos recomiendan las mejores historietas en las que han coincidido. Además, en Blog de Superhéroes nos ponen al día sobre el hecho de que parece bastante probable que el nuevo Spider-Man sea negro.

  • 'Citizenfour' ganó ayer el Oscar reservado al mejor documental de 2014, pero en España aún tendremos que esperar hasta el próximo 27 de marzo para poder verlo. Mientras tanto, no estaría de más leerse esta crítica del mismo publicada en El Antepenúltimo Mohicano.

  • Seguro que todos habéis fantaseado con ver un crossover uniendo a dos o más personajes memorables, pero luego la realidad puede ser bastante dura cuando llega a suceder. Simplemente visitad Cinemanía para conoces más detalles sobre la locura filipina que unía en la misma película a Batman y James Bond.

  • 'El club de la lucha' ('Fight Club') es una de mis películas favoritas y miedo me da cualquier posibilidad de manchar su prestigio. Sin embargo, he de reconocer que siento mucha curiosidad por su secuela en forma de cómic que se lanzará en breve y a la que podéis echar un primer vistazo en La Noche Americana.

Porno

  • 'Cincuenta sombras de Grey' ('Fifty Shades of Grey') es la película más comentada de las últimas semanas, despertando grandes pasiones y odios enfrentados. En Infobae encontraréis un vídeo en el que tres actrices porno explican los cinco motivos por los que odian la película. Además, también os recomendaría leer estas cincuenta divertidas reflexiones que provocó su visionado a María Nymeria de la Revista Tviso.

Recordad que podéis hacernos llegar vuestras sugerencias a través del siguiente formulario de contacto. ¡Hasta la próxima!

'La visita', tráiler y carteles del regreso de Shyamalan al terror

$
0
0

Un fotograma de La Visita

Desde el éxito de 'El sexto sentido' ('The Sixth Sense', 1999), el público no ha dejado de pedir historias de miedo a M. Night Shyamalan. 16 años después, en el momento más delicado de su carrera y con su talento más discutido que nunca, el director vuelve al terror. Aquí os traigo los carteles y el tráiler de su nueva película, 'La visita' ('The Visit'). Universal Pictures la estrena en nuestro país el 9 de septiembre.

Tras el fracaso de la infravalorada 'After Earth' (2013), el director firma un "found footage" de horror de bajo presupuesto (5 millones de dólares) donde colabora con Jason Blum, productor de títulos del género tan rentables como 'Paranormal Activity' (2007) o 'Insidious' (2010). 'La visita' gira en torno a dos hermanos que van a pasar un fin de semana en la remota granja de sus abuelos; cuando los niños descubren que la anciana pareja está metida en algo muy inquietante, comprenden que tienen pocas posibilidades de regresar a casa...

Cartel de La Visita (The Visit)

Segundo póster de La Visita (The Visit)

Tercer póster de La Visita (The Visit)

  • Tráiler original:

  • Tráiler español:

Kathryn Hahn, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Ed Oxenbould y Olivia DeJonge completan el reparto de la película, escrita, producida y dirigida por Shyamalan, quien ya tiene en marcha otro proyecto donde volverá a coincidir con Bruce Willis. Por otro lado, también ha tenido tiempo para desarrollar una serie de televisión con muy buena pinta: 'Wayward Pines'.

'Del revés' ('Inside Out') y 'Ant-Man' son las películas más irresistibles del verano, según nuestra encuesta

$
0
0

Imágenes de Del Reves (Inside Out) y Ant-Man

Aquí os traigo los resultados de nuestra última encuesta en BlogdeCine, centrada como recordaréis en las películas más esperadas del verano. Nos van a bombardear con novedades de todo tipo hasta el 23 de septiembre pero, de todo lo que llegará a nuestra cartelera, los 10 estrenos veraniegos más irresistibles son los siguientes (el orden es sorprendente):

  1. 'Del revés' ('Inside Out') - 24.3% de los votos
  2. Ant-Man - 14%
  3. Misión: Imposible - Nación secreta (Mission: Impossible - Rogue Nation) - 12.4%
  4. Terminator: Génesis (Terminator Genisys) - 12.4%
  5. Los Minions (Minions) - 10.9%
  6. Cuatro Fantásticos (Fantastic Four) - 4%
  7. El corredor del laberinto: Las pruebas (Maze Runner: The Scorch Trials) - 3.4%
  8. Pixels - 3%
  9. Entourage (El séquito) - 3%
  10. Operación U.N.C.L.E. (The Man From U.N.C.L.E.) - 2.2%

La victoria de Pixar es tan previsible como positiva; no he visto aún 'Del revés' ('Inside Out') pero creo que debemos apoyar este tipo de propuestas en lugar de ir a ver tanta secuela y remake. No pudo superar al fenómeno de 'Jurassic World' en la taquilla de Estados Unidos pero logró el mejor estreno de la historia para una película original, rompiendo el récord de 'Avatar' en 2009.

Arnold Schwarzenegger en Terminator Génesis

De los resultados, lo que me llama más la atención es que 'Ant-Man' ocupe el segundo lugar y 'Terminator: Génesis' esté sólo dos puestos más abajo, no sabía que interesaban tanto (consideráis una garantía tanto a Marvel como a Schwarzenegger, ¿no?). Y un dato curioso: sólo 4 lectores votaron por 'La visita' ('The Visit'), lo nuevo de M. Night Shyamalan. Parece que ni volviendo al terror consigue este infravaloradísimo cineasta recuperar el interés del público, quizá debería empezar a imitar el estilo de promoción de Paul Rudd:

PD: Disney distribuye las dos películas más votadas. ¿Casualidad?

Joaquin Phoenix y M. Night Shyamalan reunidos para una tercera película

$
0
0
Joaquin Phoenix, Mel Gibson y M. Night Shyamalan

Buenas noticias: Joaquin Phoenix y M. Night Shyamalan volverán a trabajar juntos. El protagonista de 'Puro vicio' ('Inherent Vice') se pondrá a las órdenes del realizador después de más de una década sin coincidir en un set de rodaje para un proyecto que todavía no tiene título. Conociendo lo selectivo que se ha vuelto el actor, ¿supondrá esto la vuelta del mejor Shyamalan?

Tras colaborar tres veces con James Gray, Phoenix se apunta su siguiente triplete con Shyamalan al haber actuado antes en ‘Señales’ ('Signs', 2002) y ‘El bosque’ ('The Village', 2004). Producida por Blumhouse Productions, al igual que ‘La visita’ ('The Visit', 2015), por ahora se desconocen los detalles del argumento del siguiente trabajo del director que, según Deadline, comenzará a rodarse en noviembre y será una producción de bajo presupuesto.

Recordemos que 'La visita' se estrena el próximo 11 de septiembre en los cines españoles y que podremos ver a Phoenix junto a Emma Stone en la nueva película de Woody Allen, ‘Irrational Man’ (2015), a partir del 25 de septiembre. Además, Shyamalan ha probado suerte en televisión con la adaptación de 'Wayward Pines', ¿la habéis visto?

Especial M. Night Shyamalan en Blogdecine

$
0
0
Shyamalan

El undécimo día del mes que comienza mañana llegará a nuestras pantallas 'La visita' ('The Visit', M.Night Shyamalan, 2015), decimoprimera producción que firma el director de ascendencia india originario de Philadelphia y, por lo que se ha podido ver en sus inquietantes avances, un intento de regresar a los fueros que lo hicieran mundialmente famoso allá por 1999 cuando estrenó su tercer y más reconocido filme, 'El sexto sentido' ('The Sixth Sense'); una cinta por la que siempre se ha medido el cine del director y que, como veremos, no es lo mejor que ha llegado a rodar.

Y para poder dar precisa explicación a tal afirmación, en lugar de centrar nuestra atención en uno sólo de los diez títulos que Shyamalan ha firmado hasta el momento como solemos hacer los viernes en Cine en el salón, he decidido alterar de forma radical el normal devenir de mi actividad en Blogdecine y dedicar exclusivamente los diez primeros días del mes de septiembre a revisar una a una las producciones que componen la muy apasionante e irregular trayectoria de un cineasta que pasó de ser adorado a ser objeto de escarnio constante por parte de crítica y público.

No habrá por tanto durante éstos diez días espacio ni para el ciclo de ciencia-ficción, ni para el especial de Disney, ni para el cine de los ochenta ni para otra cosa —bueno, matizo, quizás, y sólo quizás, sí habrá lugar para una entrada de Cómic en cine— que no sea dar cuenta de una decena de producciones que, con sus más y sus cuantiosos menos, conforman una filmografía que tiene el honor de contar con dos de los mejores títulos que hemos tenido el placer de ver en los quince años que hace que arrancó este siglo XXI.

Shyamalan | 'Praying with Anger', la ópera prima

$
0
0
Praying With Anger

Con diecisiete años, M. Night Shyamalan ya había rodado cuarenta y cinco películas caseras con una cámara Súper 8 que le habían regalado sus padres. Con 22 se graduaba en la New York University’s Tisch School of the Arts. Y antes de hacerlo, antes de salir de la universidad y disponerse a intentar seguir los pasos de su adorado Steven Spielberg, el cineasta nacido en la India y criado en Philadelphia rodaba su primera incursión en la gran pantalla con esta 'Praying with Anger' (id, 1992), un filme que producía él mismo con sus progenitores y para el que además servía de guionista e intérprete principal.

Todo un "yo me lo guiso, yo me lo como" que, visto ahora en retrospectiva veintitrés años después de su muy limitada exhibición, prefigura en cierto modo algunas de las constantes que pueden observarse en el cine de Shyamalan tanto en lo positivo como en lo negativo, conformándose al tiempo como un ambicioso ejercicio inicial de incuestionable talante autobiográfico que el cineasta en ciernes rueda en su tierra natal con un ajustadísimo presupuesto de menos de un millón de dólares.

'Praying with Anger', (des) equilibrio

Un universitario de ascendencia hindi viaja durante un año al país de origen de sus padres para descubrir la tierra de sus antepasados. Criado en Estados Unidos, con todo lo que ello implica, el choque de la cultura occidental con la india provocará que el veinteañero, interpretado por el cineasta, se sumerja en un claro viaje interior que le llevará a conocerse mejor a sí mismo a través de las tradiciones de su pueblo, la vida en un país completamente ajeno al suyo y, cómo no, el amor.

Constante presente de forma perenne a lo largo de toda la filmografía de Shyamalan —sólo uno de sus diez filmes escaparía al hecho de que las motivaciones de alguno de sus personajes principales sea el amor— es el sentimiento que trae de cabeza a media humanidad el que quizás dé más satisfacciones durante el metraje por cuanto es de lo que mejor está escrito del guión redactado por el cineasta. Y cuando digo mejor, me refiero a menos ridículo; una cualidad ésta, la de ridiculez, que aparecerá con mayor o menor intensidad en no pocos momentos de la filmografía del director.

Unido a la sutileza y naturalidad con la que es tratada la historia de amor entre dos mundos tan diferentes como los que chocan aquí, el otro punto fuerte del libreto de 'Praying with Anger', y el que reviste una madurez inusitada para un "chaval" de veintidós años —quién sabe si no contaría con ayudas externas en la redacción de esta vertiente del filme— es todo aquello que concierne a lo se deriva del "rezando con ira" del título original y que explora la importancia de la religión en la cultura india y ahonda en cómo dicha relevancia impacta en alguien tan desprendido de costumbres religiosas como el yanqui al que encarna Shyamalan.

Más allá de eso, y de una dirección que ya apunta maneras sobre todo en lo que a imaginativos encuadres se refiere —algo sobre lo que, huelga decir, Shyamalan volverá con intensidad y genio en posteriores filmes— 'Praying with Anger' es un muestrario bastante amplio de actuaciones que se mueven entre lo cuestionable y lo ridículo —menos mal que el realizador se decantó por dirigir— y situaciones que también oscilan en ese paréntesis de calificativos y entre las que cabría destacar, por lo negativo, todo lo que transcurre, bien en la casa en la que el protagonista reside durante su estancia en la India, bien en lo forzado del "bullying" que sufre de manos de los estudiantes seniors.

Con todo, hay cierto encanto inaprensible en 'Praying with Anger' que provoca que la valoración final sobre la ópera prima de M. Night Shyamalan se acomode en una posición que, a la cola del resto de su filmografía, no colocaría no obstante como lo peor que ha llegado a firmar el realizador. Ese derecho queda reservado para un título sobre el que ya hablaremos dentro de unos días, quedando sobre todo este prólogo a tan fascinante producción como lo que apuntaba más arriba, una antesala bastante soportable de una trayectoria cargada de CINE.

Shyamalan | 'El sexto sentido', el despertar

$
0
0
El Sexto Sentido

Nadie, ni siquiera el propio Shyamalan, podía haber previsto que el siguiente paso que iba a dar dentro de la industria cinematográfica iba a convertirlo casi de la noche a la mañana en el cineasta más alabado y buscado del Hollywood de finales del s.XX y principios del s.XXI. De ser un director que había rodado dos "peliculitas" de muy limitada repercusión artística y de taquilla, Shyamalan pasó a ser el responsable directo del segundo mayor éxito de la taquilla estadounidense de 1999 —por detrás de cierto primer episodio de la saga galáctica más famosa de la historia del cine—, un éxito que después terminarían de subrayar seis nominaciones al Oscar.

Incluyendo entre ellas las de Mejor Película, Director, Guionista y Actor Secundario —una nominación ésta de lo más injusta, como veremos más adelante— lo que 'El sexto sentido' ('The Sixth Sense', 1999) hizo por la carrera de Shyamalan equivaldría, por poner un ejemplo coetáneo con ella, a lo que ese mismo año consiguieron los hermanos Wachowski con la primera parte de 'Matrix' ('The Matrix', 1999), esto es, una cinta que revolucionó en cierto modo la industria, que puso en primera fila unos nombres que no eran conocidos por el gran público y que terminaría por convertirse en el inesperado rasero por el que, aún a día de hoy, se miden las propuestas de los cineastas.

Tanto es así que, como comentaba en el anuncio de este especial dedicado, no creo nada casual que el cineasta haya optado en su último filme por volver al cine de terror y que, además, lo haga con una producción que entronca con la extendida corriente actual del found footage. En otras palabras, que después de haber tenido que soportar durante años a muchas voces exigiéndole que retomara el discurso de su tercer título, al artista no le ha quedado más remedio que claudicar y hacerlo, además, con una producción de presupuesto ridículo —sólo ha costado 5 millones de dólares— que "garantice" que el batacazo, de haberlo, no se convierta en una debacle suma.

Actores para el miedo

El Sexto Sentido 1

Decía Bruce Willis al referirse en su momento al guión que Shyamalan había escrito para 'El sexto sentido' —un guión que el entonces presidente de Walt Disney Studios compraría sin el apoyo corporativo de la compañía y que después sería vendido por la misma a Spyglass— que el libreto de la cinta era "el mejor que he leído en mi vida", dando así una de las tres claves fundamentales en las que descansa esta soberbia y excepcional propuesta que es la historia de Malcom Crowe, un psicólogo infantil de gran éxito y Cole Sear, un niño introvertido y frágil que vive acosado por el miedo y que oculta un secreto imposible de imaginar.

En su seno, en unas páginas comedidas que pocas veces se dejan llevar por las argucias típicas del cine de terror comercial y que, toda vez quedan puestas en escena, nadan a contracorriente para argumentar con razones de peso la extraordinaria personalidad visual de Shyamalan; el guión de 'El sexto sentido' aúna tan dispares referencias que el hecho de que la cinta no termine siendo una amalgama amorfa y arquetípica es ya todo un logro en sí mismo. Como también lo es la delicadeza que desprende el conjunto en todos sus parámetros empezando por la alucinante labor de su trío protagonista.

El Sexto Sentido 2

Con la eterna sombra de John McClane cual espada de Damocles, la radical apuesta que realizó aquí Bruce Willis en la búsqueda de un registro nada usual en su trayectoria se vio recompensada con creces por el que es uno de los mejores y más complicados personajes a los que el actor ha tenido que dar vida en la gran pantalla. Grisáceo y sumido siempre en una melancolía sobre la que sólo el final arroja luz, el Malcolm Crowe de Willis encuentra opuesto en la luminosa interpretación de esa madre soltera que adora a su hijo y que está dispuesta a lo que sea por él a la que da vida una superlativa Toni Collette.

Ahora bien, es entre ellos donde 'El sexto sentido' encuentra su cénit: Haley Joel Osment. Demostrando de nuevo como ya había hecho con 'Los primeros amigos' ('Wide Awake', 1998) que su talento a la hora de sacar lo mejor de los actores infantiles no conoce igual —o no conocía, como ya veremos...—, lo que Shyamalan extrae de Osment encuentra precisa traslación en la inmensa altura de la asombrosa madurez que demuestra el niño de diez años a través de la caleidoscópica composición de un personaje que, tanto o más principal de lo que es el de Willis, deja incontables momentos de esos que nunca podrán borrarse de la memoria cinematográfica.

No estamos solos

El Sexto Sentido 3

Dejando aparte el ultra-parodiado instante de la confesión del secreto de Cole, y destacando en términos generales el verismo y la honestidad que desprende durante todo el metraje el trabajo del chaval, si hay algo que se asocia al personaje y que es fundamental a la hora de apreciar 'El sexto sentido' como algo más que un mero filme de terror —que lo es y de qué manera— eso es el discurso de fondo que el guión de Shyamalan propone acerca de la necesidad de comunicación como el principio básico sobre el que debe establecerse cualquier relación, sea de la índole que sea.

De forma muy inteligente, el director y guionista elige a un psicólogo para poner en juego dicha reflexión a través de una profesión que no podría existir sin el diálogo. Y es a través de las muchas situaciones que la ausencia o mala calidad del mismo genera a lo largo del metraje que Shyamalan diserta a placer sobre las dramáticas consecuencias a las que puede derivar la incapacidad para comunicarnos con los seres que, queridos o no, forman parte diaria de nuestra existencia. Por no poder hablar, por el miedo a que lo que diga no podrá ser aceptado, Cole está paralizado, se considera a sí mismo un "pirado" y es objeto de miradas esquivas por adultos y compañeros.

Pero eso comienza a cambiar cuando poco a poco se abre a Malcolm y el adulto se gana su confianza. "Estoy preparado para contarle mi secreto". Arranca así el momento clave de la relación que se establece entre los protagonistas y, por extensión, de la cinta. Pocas veces se ha dicho más con menos palabras. "Veo muertos" afirma el atemorizado niño mientras la cámara se acerca, elocuente —demasiado elocuente, temía Shyamalan—, al rostro asombrado de Bruce Willis. La efectividad del instante descansa sobre la sinceridad en el uso exclusivo del primer plano y la sencillez del montaje plano-contraplano de toda la secuencia.

'El sexto sentido', depuración de formas

El Sexto Sentido 4

La secuencia anterior no sólo es uno de los mejores ejemplos de lo que dos de los tres pilares básicos en los que se sustenta 'El sexto sentido' —actores y guión— llegan a ofrecer en los ciento siete minutos de metraje, sino que viene a hablarnos de un sesgo de la dirección de Shyamalan, el de la sencillez y la elegancia que, maridado con una constante inventiva visual que seguirá evolucionando en sucesivas producciones, nos deja instantáneas y momentos que quedan grabados en la retina a perpetuidad.

Jugando aquí por primera vez con el color como elemento de transmisión muda de mensajes —algo que seguirá explorando en su cine posterior— y recalando de nuevo en esa constante inamovible de sus filmes que es el amor, el juego narrativo de Shyamalan, con sus trampas, es de una genialidad supina: la forma en la que el cineasta genera el desasosiego desde los elementos cotidianos y la huida consciente en la mayor parte del metraje de los golpes de efecto —ínfimas son las concesiones a la galería en este último sentido— se unen al asombroso y conciso funcionamiento de la partitura de James Newton Howard para, como decía, concretar instantes de genio.

El Sexto Sentido 5

Entre ellos, no cabe duda, el prólogo en casa de Malcom, el juego de tira y afloja entre éste y Cole en el salón de la casa del niño, todo lo que sigue a la escena de la revelación cuando el chaval llega esa misma noche a su casa y se suceden las "visitas" —lo del ama de casa suicida sigue poniendo a prueba mi tolerancia al miedo—, la reproducción de la cinta de Vincent, la visita al hogar de Kira, la suma emotividad del encuentro entre madre e hijo y, por supuesto, el final, ese giro que dejó atónito a medio mundo hace dieciséis años y que, por mucho que se sepa, sigue sorprendiendo por su audacia y valentía.

Reducir 'El sexto sentido' a ese revelador momento, como muchos han intentado a lo largo de los años, es un ejercicio que denota ante todo la incapacidad para asumir que antes de que se resuelva la trama de Malcom hemos asistido a un recital antológico de cine con mayúsculas. El final sólo es la guinda de un pastel perfectamente diseñado y cocinado; una guinda necesaria que insiste en los dos mensajes clave del guión, pero una guinda al fin y al cabo. Sin ella ya estamos hablando de un filme sobresaliente. Con ella, de uno que roza lo magistral.


Shyamalan | 'El protegido', el cómic

$
0
0
El Protegido Poster

'El sexto sentido' ('The Sixth Sense', 1999) había sido sufragada con cuarenta millones de dólares. En la taquilla estadounidense recaudó 293 millones. En la internacional, casi 700. Y si por algo se suele caracterizar la industria cinematográfica yanqui es por actuar siempre de la misma manera cuando, como por arte de magia, aparece una gallina de los huevos de oro como la que, de la noche a la mañana, había tomado la forma de M. Night Shyamalan. Y esa no es otra que explotándola. Es por ésto último que resultaba tan gratificante y loable que, en lugar de dejarse engullir por la maquinaria de hacer billetes verdes, el cineasta decidiera seguir nadando contracorriente.

Para conseguirlo, Shyamalan se unía a través de 'El protegido' ('Unbreakable', 2000) a las primeras entregas de cómic en cine que a principios de siglo sirvieron para despertar la actual fiebre por el mundillo del noveno arte. Y lo hacía con un sentido y realista homenaje a las viñetas en términos generales y al tebeo de superhéroes en particular, logrando un filme que la revista Time considera entre los diez mejores de cuantos han llevado a los seres con poderes a la gran pantalla y que Quentin Tarantino alabó como una "brillante reinvención de la mitología de Superman".

De hecho, el cineasta —que escogía en 2009 a la película como una de sus veinte favoritas desde 1992, año en el que arrancaba su actividad como realizador— apuntaba a un hecho que muchos pudimos constatar hace quince años al encontrarnos en el cine con una historia que poco o nada tenía que ver con lo que nos había vendido la engañosa campaña de marketing, que parecía querer convertir a toda costa el filme en otro thriller lleno de misterio y ¿terror? —atención al trailer— cuando, en palabras de Tarantino, hubiera sido mucho más efectivo lanzarlo bajo un eslogan que rezara: "¿Qué pasaría si Superman estuviera en la Tierra y no supiera que es Superman?".

Melancolía

El Protegido 2

Nula relevancia cuando de lo que se trata es de dilucidar la calidad de una producción, la errónea campaña de publicidad jugó paradójicamente en favor de la percepción con la que salí de la sala al encontrarme con un filme que, tomando como partida una de mis dos grandes pasiones, recogía en ciertos aspectos parte del discurso que Shyamalan había arrojado en 'El sexto sentido', resultando muy efectivo el que éste volviera a ponerse en boca y gestos de un Bruce Willis que insistía aquí en seguir alejándose del prototipo de personaje que le acompañaba desde aquella primera aventura en el Nakatomi.

Aunque algo tienen en común —ese halo de "héroe a su pesar"— el David Dunn de 'El protegido' es un hombre gris, de ademanes melancólicos que se enfrenta a la vida con un perpetuo rostro adusto que no parece inmutarse ante nada. A través de él, Shyamalan vehicula de nuevo las reflexiones sobre las costas de la falta de comunicación en el ser humano, llevándolas a un paso más cuando éstas también tienen que ver con el diálogo interno, ese que nos hace seguir adelante o nos ancla irremisiblemente a un punto inamovible cuando así lo queremos.

El Protegido 3

Incapaz de aceptar lo diferente que hay en él, y tapándolo por amor —de nuevo, el amor— a la dualidad de fragilidad mental y dureza física del personaje de Dunn el guionista y director opone la de la fragilidad de cuerpo y determinación de espíritu de Elijah Price, un hombre que sufre de una rara enfermedad que hace que sus huesos sean quebradizos como el cristal y que, como es norma en el actor, borda un impresionante Samuel L.Jackson capaz de conseguir que sintamos una fuerte empatía con las motivaciones que lo llevan a actuar como lo hace.

A fin de cuentas, como su personaje afirma, no hay nada más terrible que no saber cuál es tu lugar en el mundo, no saber por qué estamos aquí. Y ese mensaje, más actual en estos tiempos de crisis que vivimos que en aquellos de falsa bonanza en los que se estrenó la cinta, es capaz de calar tan hondo en el respetable que, llegado el momento, la identificación más plena para con los personajes de la cinta no se produce con su "héroe", sino con ese hombre a pie de calle al que los niños llamaban Mr.Glass.

De lo insustancial en la vida del superhéroe

El Protegido 5

Desafortunadamente, y al contrario que pasaba con 'El sexto sentido' con la perfecta definición de su trío protagonista, los dos personajes que completan el cuarteto principal de 'El protegido' muestran esa peor cara del cine de Shyamalan que tanto ha llegado a criticársele al cineasta: desdibujados y ridículos, tanto la esposa encarnada por Robin Wright como el hijo al que da vida Spencer Treat Clark cuentan con los peores y más olvidables momentos del metraje: la primera, en esa escena en la que inquiere a su esposo por la posibilidad de una relación extramarital, el segundo...bueno, supongo que no hace falta "apuntar" a aquello que se pone en manos del segundo, ¿no?

Eliminables por cuanto poco o nada añaden al devenir de la trama —muy fácil habría sido resolverlas de otra manera menos vergonzosa e infinitamente más efectiva— ambas escenas sirven de arranque a una duda que desde entonces sobrevolará incómoda cada proyección de Shyamalan: el por qué nadie le revisa los diálogos al cineasta y se sigue dejando que, cuando firma el guión, el director actúe por libre sin la voz ajena de un elemento externo que le llame al orden.

'El protegido', virtuosismo

El Protegido 4

De todas formas, al César lo que es del César, salvo las citadas escenas, el libreto de 'El protegido' funciona bastante bien y permite a Shyamalan dar el do de pecho en lo que vuelve a ser lo mejor de su cine: la dirección. Una labor que se mueve entre lo magistral y lo sublime a lo largo de un metraje que acumula uno tras otro momentos de puro genio inventivo y que, nada más empezar —jugando a esa metáfora del cristal con la que será caracterizado el personaje de Elijah—, afirma con contundencia a través de la doble imagen especular con la que arranca el prólogo el constante proceso de búsqueda del ingenio cinematográfico al que se somete el cineasta.

A partir de ahí, como ya pasara con 'El sexto sentido', muchos y muy variados son los instantes en los que no queda más remedio que descubrirse ante el CINE del estadounidense. Un cine que vuelve a estar puntualizado de forma excelsa por la música de James Newton Howard y que, en su comunión con los pentagramas del compositor encuentra exponente máximo en la secuencia de la estación de tren, con David aceptando lo imposible de sus facultades y poniéndolas a prueba en tan concurrido lugar público: el score, que hace gala de una simplicidad brillante a través de un uso limitado de la orquesta, desata aquí todo su potencial acoplándose a la magistral coreografía que nos ofrece Shyamalan.

El Protegido 1

Tan soberbio encuentro de talentos —que alcanzará sus máximas cotas en la siguiente colaboración entre ambos— sigue dando muestras de excelencia en el enfrentamiento entre él héroe y el hombre Naranja —los colores intensos, púrpura, naranja y verde, como continuación del discurso del rojo de 'El sexto sentido'— que sigue a la secuencia anterior, con la sección de cuerdas desatada al dar vida al maravilloso y poético motivo que se asocia al protagonista en su momento de triunfo.

La dolorosa caída de Elijah por las escaleras o el tenso interrogatorio al que es sometido David en el hospital tras el accidente inicial, con la cámara cuasi-estática y el personaje en segundo plano, no hacen sino plantear de forma muy elocuente que a la hora de hablar de lo que Shyamalan es capaz de conseguir tras el objetivo, la escisión más o menos intensa con respecto al nivel que llegan a ostentar sus guiones es un hecho más que constatado que, incluso en su obra maestra, llegará a jugar alguna que otra "mala" pasada.

'La visita', la película

$
0
0
Jason Blum y M. Night Shyamalan bromean con un póster de La Visita

¡M. Night Shyamalan ha vuelto con nueva película bajo el brazo! A partir del próximo viernes 11 de septiembre tendremos en cartelera 'La visita' ('The Visit', 2015), el esperado 11º largometraje del cineasta de Filadelfia, sin duda uno de los autores más populares, amados y odiados de las últimas décadas.

Tras el fracaso de su último blockbuster, 'After Earth', Shyamalan apuesta por una producción de bajo presupuesto (5 millones de dólares, 125 menos que la anterior) y da un giro a su carrera regresando al terror, el género que le dio fama pero que también condicionó a gran parte del público, que sigue pidiendo algo como 'El sexto sentido'. El director se ha aliado con el productor Jason Blum y ha probado suerte en el formato "found footage" con la esperanza de volver a probar las mieles del éxito...

La sinopsis de 'La visita'

Una imagen de la abuela de La Visita

M. Night Shyamalan vuelve a sus raíces con esta aterradora historia en la que dos hermanos pasan un fin de semana en la remota granja de sus abuelos en Pensilvania. Cuando los niños descubren que la anciana pareja está metida en algo profundamente inquietante, se dan cuenta de que tienen pocas posibilidades de regresar a casa.

El director

Shyamalan durante el rodaje

Manoj Nelliyattu Shyamalan, conocido como M. Night Shyamalan, nació en Pondicherry, India, un 6 de agosto de 1970, pero creció en Filadelfia, Estados Unidos. Su pasión por el cine comenzó a desarrollarse desde que era niño, cuando le regalaron una cámara Super-8 y quiso imitar a su ídolo, Steven Spielberg. Cabe señalar que ha escrito todos los guiones de sus películas, además de participar en los libretos de 'Stuart Little' (1999) y 'La trampa del mal' ('Devil', 2010).

El éxito le llegó con 'El sexto sentido' ('The Sixth Sense', 1999) si bien ya había filmado dos largometrajes previos, 'Praying With Anger' (1992) y 'Los primeros amigos' ('Wide Awake', 1998). Tras arrasar con la historia de fantasmas protagonizada por Bruce Willis llegó 'El protegido' ('Unbreakable', 2000) y ya desde ahí comenzó a cosechar críticas de su recién creada legión de fans. Con el tiempo, la película se ha revalorizado (para mí es su OBRA MAESTRA) y ahora se le pregunta constantemente cuándo va a dirigir una segunda parte. Así son las cosas...

Shyamalan filmando el primer capítulo de Wayward Pines

Luego llegaron 'Señales' ('Signs', 2002), 'El bosque' ('The Village', 2004), 'La joven del agua' ('Lady in the Water', 2006), 'El incidente' ('The Happening', 2008) y 'Airbender: El último guerrero' ('The Last Airbender', 2010), la primera vez que adapta un material ajeno. Gracias al interés de Will Smith por convertir a su hijo Jaden en una estrella, llevó a cabo la superproducción 'After Earth' (2013), su mayor fracaso hasta la fecha. Buscando nuevos retos, realiza el primer capítulo de la serie 'Wayward Pines' (2015) y se sumerge en producciones de menor riesgo económico.

Actualmente tiene entre manos un nuevo proyecto con Joaquin Phoenix y se supone que también volverá a colaborar con Willis en 'Labor of Love'. Como sabréis, con motivo del estreno de 'La visita' estamos dedicando en BlogdeCine un especial dedicado a la carrera de Shyamalan: pinchad aquí para leer las entradas publicas hasta ahora.

El reparto

El abuelo de La Visita

Acorde con el bajo coste de la producción, y quizá buscando más verosimilitud en la historia, Shyamalan pasa de rostros famosos y recurre a un elenco cuyos nombres no sonarán a la gran mayoría de espectadores. La más popular es Kathryn Hahn, habitual en roles cómicos, la hemos podido ver recientemente en títulos como 'Somos los Miller' ('We're the Millers') o 'Lío en Broadway' ('She's Funny That Way').

Junto a ella actuán dos veteranos, Deanna Dunagan (curtida en el teatro, ha sido premiada con el Tony por su papel en 'Agosto') y Peter McRobbie (cuenta con 100 créditos en IMDb, uno de sus trabajos más recientes es la serie 'Daredevil'), y dos jóvenes promesas, Ed Oxenbould y Olivia DeJonge.

Jason Blum y la misión de recuperar a Shyamalan

Shyamalan y Blum

El fundador y jefe de Blumhouse Productions está detrás de la última película de M. Night Shyamalan. Encontraréis la firma de Jason Blum en productos de terror tan rentables como 'Paranormal Activity', 'Insidious', 'The Purge' o 'Sinister' (y sus respectivas secuelas).

Pero Blum no sólo se dedica a financiar sustos "baratos" que funcionan en taquilla; también ha apoyado proyectos como la extraordinaria 'Whiplash', por la cual fue nominado a su primer Oscar. Actualmente es uno de los productores de más exito en la industria norteamericana, ¿será capaz de ayudar a Shyamalan?

Todos los carteles de la película

[[gallery: la-visita-carteles]]

Todos los vídeos de 'La visita'

  • Tráiler en español:

  • Tráiler en versión original (con subtítulos):

  • Escenas del rodaje:

  • Entrevista a Shyamalan:

Shyamalan | 'Señales', el cénit

$
0
0
Senales Poster

Ya se sabe como suelen funcionar las cosas en este mundillo. Un director tiene un éxito rotundo con un filme y, desde ese momento, todo el mundo —generalización, claro está, pero adecuada para el caso— espera que sus siguientes producciones sigan de forma íntima aquello con lo que se les sorprendió la primera vez, no aceptando de buena gana al mismo tiempo que dicho cineasta se quiera mover por otros derroteros. Aplicada a M. Night Shyamalan, esta pequeña digresión vendría a apoyar, junto con otros factores, el que 'El protegido' ('Unbreakable', 2000) no fuera comprendida como la genialidad que era por el público mayoritario.

Traduciéndose de forma directa en una taquilla bien limitada, que el cineasta optara por 'Señales' ('Signs', 2002) como su siguiente apuesta cinematográfica habla, y mucho, de la determinación de Shyamalan por no dejarse encasillar en el género al que pertenece el filme que hasta hoy sigue siendo su mayor éxito comercial. Una determinación que finalmente —a tenor de lo que parece que veremos el viernes de la semana próxima— ha terminado por doblegarse ante el público y que en el caso que hoy nos ocupa nos ofrecía la que creo es la MEJOR película de cuantas ha rodado el realizador en sus veintitrés años de trayectoria profesional.

Coincidencia o milagro

Senales 1

La gente se divide en dos grupos. Cuando experimentan algo afortunado, el grupo número uno lo ve como algo más que suerte, más que una coincidencia. Lo ven como una señal, la evidencia de que hay alguien ahí arriba velando por ellos. El segundo grupo cree que no es más que suerte. Un feliz giro del destino (...) Lo que tienes que preguntarte es qué tipo de persona eres. ¿Eres de las que ve señales, milagros? ¿O crees que la gente simplemente tiene suerte? O, míralo desde este punto de vista: ¿es posible que no haya coincidencias? (Graham Hess)

Creo que este pequeño monólogo, que el personaje de Mel Gibson cruza con aquel al que da vida Joaquin Phoenix cuando éste solicita de su hermano algo de apoyo y aliento en el momento de intensa incertidumbre que vive la humanidad debido a las misteriosas luces que han aparecido en los cielos de todo el planeta, es el que mejor caracteriza el discurso de fondo que Shyamalan enhebra con 'Señales': de formulación muy simple, la carga de profundidad acerca de nuestras creencias que comporta la disquisición que el cineasta pone en boca de un hombre religioso que ha renegado de Dios tras perder a su mujer, es uno de los mejores momentos del filme.

Senales 2

Puesto en valor por boca de un inconmensurable Mel Gibson —atención a ese instante en el que, apretando los dientes de rabia, le dice a Dios que lo odia, asombroso—, es la reflexión que arrojan las frases anteriores aquella que sirve de punto de apoyo de un filme que usa como excusa la ciencia-ficción —y ahora veremos cómo— para seguir abundando en cuestiones similares a aquellas a las que el director y guionista ya se había acercado de un modo u otro en sus cuatro filmes anteriores.

Son de nuevo la fe y el amor, las circunstancias en que éstas se ven puestas a prueba por el discurrir de nuestra existencia y lo que somos capaces de hacer por ellas, los ejes de los que parte Shyamalan para redactar una historia conmovedora, de intenso realismo en los modos en que refleja a esa familia rota que es la encabezada por el personaje de Gibson y de asombro constante cuando encuentra traducción en una vertiente visual que, como apuntaba más arriba —y como bien reza el titular de la entrada—, considero sin lugar a dudas la cumbre del cine del estadounidense.

La mano del destino

Senales 3

Y si a lo largo de los 107 minutos —curiosamente, la misma duración que tienen, minuto arriba minuto abajo, los cinco mejores filmes de Shyamalan— hay tal cantidad de ejemplos que poner para refrendar dicha afirmación que sería agotador citarlos uno a uno, ninguno puede superar a la secuencia final con la que el cineasta "remata faena" a un nivel como nunca se le ha visto y, ojalá me equivoque, nunca volverá a vérsele.

Volcando en esos minutos en los que se resuelve la acción las pequeñas referencias que se nos han ido aportando a lo largo del filme, todo en la secuencia final va encaminado a hablar con rotundidad del talento de un artista que a partir de aquí comenzará un gradual y lento descenso en sus modos y maneras, empobreciendo la riqueza del discurso cinematográfico que aquí podemos contemplar. Y cuando digo que todo en el clímax se dirige a dar a la cinta el empujón que le faltaba para pasar del sobresaliente a lo magistral, es que tanto interpretaciones, como fotografía, edición, dirección y música aúnan esfuerzos para dejar en éxtasis al espectador.

Senales 4

Un éxtasis del que habría que hacer mayor responsable a James Newton Howard y a los cinco minutos y medio de música que consiguen convertir a la escena en uno de los mejores ejemplos de íntima comunión entre música e imágenes de cuántos ha conocido la historia del cine: a la altura de la escena de la ducha de 'Psicosis' ('Psycho', Alfred Hitchcock, 1960) o del cuarto de hora final de 'E.T, el extraterrestre' ('E.T, the extraterrestrial', Steven Spielberg, 1982), la primera de las dos partes en que se divide el corte 'The Hand of Fate' es, simplemente, MAGISTRAL.

Hasta el momento en que prorrumpe en pantalla, Newton Howard ha dado sobradas muestras de que sin él, el cine de Shyamalan no habría sido el mismo: el obsesivo motivo de tres notas que se nos presenta ya con suma potencia en los créditos iniciales sirve, dependiendo de la orquestación —transita de las cuerdas al piano de forma constante—, para ir puntualizando desde todo el abanico de emociones que va recorriendo el filme y, llegados a la citada conclusión, toma protagonismo de tal manera que, puestos a valorar, diría que un 70% de la efectividad de lo que vemos en pantalla descansa sobre los mayestáticos pentagramas del compositor.

'Señales', CINE

Senales 5

Pero no nos engañemos. Que los cinco minutos climáticos de 'Señales' sean tan GRANDES se debe tanto a lo que en ellos anida —que es mucho— como a todo lo que Shyamalan ha puesto sobre el tapete durante el trayecto previo. Decía antes que sería agotador citar uno a uno los instantes de la producción en que uno no puede hacer otra cosa que maravillarse; más eso no significa que, por su especial capacidad para generar la emoción y el asombro, finalicemos este artículo sin recordar la muy realista reacción de Joaquin Phoenix ante el vídeo brasileño, a toda la familia Hess subida en el coche con el altavoz de bebé o, cómo no, o al terror que destila lo que sucede en el sótano.

Todos esos momentos, y muchos más, se hacen grandes por la sutileza, la clase y la sencillez con que son tratados por un cineasta que aquí ha depurado sus formas hasta destilar la esencia misma de su manera de entender el cine. Un cine que aquí se encamina a hablar de intereses que trascienden el género que utiliza como excusa, que siempre sugiere más que mostrar —al alien sólo lo veremos una vez de forma nítida, los ovnis son puntos brillantes en el cielo— y que después de 'Señales', irá acusando una progresiva merma de calidad que, si bien no será muy apreciable en sus dos siguientes títulos, sí que alarmará en el que ocupará nuestro tiempo en tres días.

Otra crítica en Blogdecine | 'Señales', miedo y esperanza

Shyamalan | 'El bosque', el amor

$
0
0
El Bosque Poster

Con sus casi 230 millones de dólares de recaudación, 'Señales' ('Signs', 2002) se había convertido en la segunda cinta más taquillera de las propuestas que M. Night Shyamalan nos había hecho llegar hasta entonces —y lo sigue siendo a día de hoy, trece años después de su estreno. Menos polarizada que con respecto a 'El protegido' ('Unbreakable', 2000), la actitud favorable de la crítica servía en parte para acallar las voces que continuaban exigiendo del cineasta otra producción que rescatara para sí el éxito y la capacidad para la sorpresa de 'El sexto sentido' ('The Sixth Sense', 1999). Pero los intereses del realizador iban a continuar el esfuerzo de apartarse de dicho camino.

Tanto es así, que resulta interesante observar como esa marca de fábrica del cine de Shyamalan que era el giro final adquiere en 'El bosque' ('The Village', 2004), de similar manera a cómo lo hacía en 'Señales', mucha menor relevancia que la que tenía en el tercer filme del cineasta, importando muchísimo más lo que se cuenta durante el transcurso del metraje que aquello con lo que la cinta trata de epatar al respetable. Y digo trata porque, sinceramente, creo que esta última intentona del estadounidense de dejar con la mandíbula caída al público —a partir de aquí sus filmes carecerán de tal recurso— es tan previsible como poco efectiva.

Ahora bien, como digo, creo que dejado atrás el "núcleo duro" de lo mejor que su cine ha sido capaz de ofrecer hasta el momento y abandonada la natural anticipación que comportaba el primer visionado de cada uno de los cinco filmes que conforman dicho núcleo, el foco de interés principal de los tres títulos previos al 'El bosque' y del que le seguirá en el tiempo descansa en la calidad de cómo se narra la historia, en el ingenio que Shyamalan pone en el discurso visual y, por supuesto, en disfrutar de la única constante de su filmografía que nunca ha defraudado tanto como ha llegado a hacerlo su cine, la música de James Newton Howard.

El giro que eran dos

El Bosque 1

Construída a modo de fábula aleccionadora sobre los tortuosos senderos por los que nos hace viajar la violencia y caracterizada mucho más por la desaforada historia de amor que sirve de corazón al avanzar de la trama, 'El bosque' resulta no obstante de una esperpéntica ridiculez cuando sobre lo que hay que dirimir es acerca de la fuerza de la sorpresa final que, poco a poco, se va dibujando desde el comienzo del filme. Una sorpresa que, rizando el rizo, se establece en dos revelaciones que giran en torno a la que sin duda es el mejor personaje de la cinta, la Ivy interpretada por una soberbia Bryce Dallas Howard.

De ambas sorpresas puede afirmarse lo mismo: que se ven venir a la legua y que es este hecho uno de los principales responsables de disminuir de forma más que ostensible la efectividad que arropa al resto de la trama. Tan amplia es dicha disminución, que todo el trabajo que Shyamalan se toma en construir la muy particular y enrarecida atmósfera que rodea al onírico pueblo en el que se sitúa la acción es primero tocado en su línea de flotación con aquello que atañe a las criaturas, y posteriormente obliterado por mor de una revelación anticlimática que juega aún más en contra que su predecesora en que las sensaciones finales que se desprenden de 'El bosque' rocen el sobresaliente al que podrían haber accedido.

En esa misma dirección trabaja además un personaje cuyo único protagonismo bien podría haberse trasvasado a otro, redundando su eliminación en favor de evitar que, a cada intervención, a uno le den ganas de abandonar el visionado de la cinta. Me refiero, cómo no, a esa baza imprevisible que es el Noah de Adrien Brody. Puesto ahí no se sabe muy bien con qué intención, el no haber tenido las luces de prescindir de él demuestra aquí aquello que apuntábamos hace unos días; el que, llegado el momento, los guiones de Shyamalan iban a comenzar a hacer gradual agua por frentes cada vez más incontrolados. Obviamente, 'El bosque' es ese momento.

'El bosque', el síndrome "Twilight Zone"

El Bosque 2

Cuando terminó aquella primera proyección hace once años y comencé a comentar la película con el grupo de amigos con el que acudí a verla, mis primeros comentarios apuntaron a algo que el tiempo y las revisiones no han hecho más que aumentar: que la idea que Shyamalan desarrolla aquí habría funcionado a la perfección como un capítulo de la mítica 'Dimensión desconocida' ('The Twilight Zone', 1959-1964) pero que, llevada hasta los ciento y poco minutos de duración, la sensación que dejaba la cinta era la de haber estirado en exceso lo que podría haberse contado en la mitad de tiempo.

Bien es cierto que dicha afirmación entra en contraposición directa con la apreciación de la que me parece una de las mejores cualidades del filme, su ritmo y el mimo con el que Shyamalan, como solía ser habitual en él, construye el fantástico mundo en el que coloca a sus personajes; pero que a la eliminación de la trama argumental de Noah se podría haber sumado lo que respecta al estúpido personaje de la hermana de Ivy, o lo reiterado de la amenaza de las criaturas —con una sola vez ya nos hacíamos una idea de lo que atemoriza a los habitantes del pueblo— es algo que, como digo, sucesivos repasos de la cinta no han hecho más que corroborar.

En ese ignorado esfuerzo de acotación, una reducción de la amplitud coral de la cinta también habría apoyado el que lo que de ella ya funciona a las mil maravillas lo hubiera hecho a la perfección. Me refiero, cómo no, a la historia de amor entre Lucius y Ivy y lo espectacular de la definición que a ella dan Joaquin Phoenix y Dallas Howard: personajes contrapuestos como queda patentado en la escena que ambos comparten en el porche de la casa de ella, es en otro momento de la cinta donde, sin palabras y a través del espectacular maridaje que se da entre música e imagen, donde Shyamalan demuestra que, cuando así lo quiere, toca con las dos manos la GENIALIDAD.

El amor todo lo puede

Ivy, ciega, tiende la mano al vacío de la noche mientras las criaturas ataviadas de rojo atacan el pueblo. Confía en que Lucius, que no se ha refugiado en ninguna casa, la vea y la rescate a tiempo. La cámara se ralentiza, la sección de cuerdas de la orquesta se queda sola arrancando a los violines evocadoras notas que puntualizan el pequeño ballet que Shyamalan construye en menos de medio minuto. El piano entra después para rematar el momento. Hipnotizados por el montaje, asistimos a la confirmación plena de que entre Lucius y Ivy sobran las muchas palabras mediante las que ella suele expresarse. El director nos ha regalado uno de los instantes más potentes de toda su filmografía.

Acaso ahogada entre el resto de mensajes y direcciones en los que se mueve la trama, que 'El bosque' es la historia de amor más convencional rodada por Shyamalan —entendiendo convencional en el sentido de amor romántico entre dos personas de sexo opuesto— es tan obvio como el hecho de que lo mejor que ofrece el filme aparece cuando la atención se centra en cualquiera de los dos miembros de tan curiosa relación. De hecho, apuntaría como la otra gran escena de la producción a aquella que, de nuevo, Newton Howard puntualiza con brillantez: esa en la que Ivy recorre el camino de grava esperanzada de encontrar la ayuda que tanto precisa.

Ambas son portentosas, de eso no cabe duda, pero junto a otros instantes dispersos no constituyen el apoyo suficiente para respaldar una calificación del filme que supere el mero notable: Shyamalan pierde el control de lo que quiere contar en no pocas ocasiones, y aunque la belleza plástica de la cinta sea innegable —atención a la fotografía de Roger Deakins— y veamos aquí y allá al cineasta que nos dejó boquiabiertos con sus anteriores producciones, comienza a atisbarse en 'El bosque' un empobrecimiento de formas que, a la luz de sus posteriores filmes, lleva más de una década siendo irreversible.

Otra crítica en Blogdecine | Críticas a la carta | 'El bosque' ('The Village')

Shyamalan | 'La joven del agua', el cuento

$
0
0
La Joven Del Agua Poster

Historias que en su traslación a la gran pantalla han abarcado géneros de índole muy diferente, no es complicado apercibirse de que con mayor o menor intensidad, la totalidad del cine de Shyamalan siempre se ha dejado impregnar de cierto tono de fábula, moraleja incluida. Y si en 'El bosque' ('The Village', 2004) era dónde dichas tonalidades más se dejaban notar en la comparación con el trayecto previo del cineasta, es con 'La joven del agua' ('Lady in the Water', 2006) cuando el director explotará de lleno las posibilidades del cuento cinematográfico llevado a sus últimas consecuencias.

Acaso porque dicha decisión comporta la asunción de condicionantes que harían de otro filme objeto de burla y crítica voraz. Quizás porque la traducción de los mecanismos propios de una narración fabulada no se hizo con toda la precisión que hubiera sido deseable. O puede que, directamente, porque los varios problemas que arrastra la cinta habrían sido fácilmente eludibles por el Shyamalan que conocimos en la terna que supone la cima de su cine, no creo que nadie se eche las manos a la cabeza al afirmar que, si bien con el tiempo he aprendido a apreciar en lo que vale la belleza inherente a la historia que aquí se nos traslada, no fue así cuando la vi en el cine hace nueve años.

A golpe de Deus ex machina

La Joven Del Agua 1

De hecho, las apreciaciones que recuerdo haber vertido sobre 'La joven del agua' al salir de la sala se encaminaron a encumbrar la práctica totalidad de los aspectos de la producción...la práctica totalidad, menos el guión. Porque es aquí donde Shyamalan, del que ya he comentado que habría necesitado en alguna que otra ocasión de alguien que le revisara los diálogos, consigue de forma más evidente que en numerosas ocasiones el público pueda llegar a sentir tal vergüenza ajena derivada de las conversaciones que tienen lugar entre algunos de los personajes que, dependiendo del talante del espectador, la función puede quedar arruinada irremisiblemente.

Sin querer entrar en muchos detalles por aquello de que alguno pueda hacer saltar la alarma, sí puedo aventurar una suerte de resumen sin spoilers que deje claro a que me estoy refiriendo: tras plantear de forma diáfana en el soberbio prólogo que el hombre se separó de las ninfas y de los consejos que éstas daban, relegándolas a una pura leyenda, Shyamalan se saca de la manga a un par de personajes que conocen todos y cada uno de los detalles que rodean a estos seres fantásticos mejor que si fueran uno de ellos.

A estos personajes —madre e hija— recurrirá el protagonista, en ocasiones con métodos que rayan lo absurdo, para poder avanzar en su misión de proteger a Cuento, la ninfa que ha quedado atrapada en nuestro mundo. Este recurso, que sobre el papel no debería haber supuesto ninguna traba para el discurrir de la historia, deja en entredicho la “credibilidad” —eufemismo obvio donde los haya— de un guión que se mueve por terrenos demasiado crípticos, llegando la trama en torno al cuento a tornarse tan compleja conforme avanza la acción que, en última instancia, no hay quien se la crea por mucho que se quiera considerar como eso, un cuento...para adultos, claro está.

'La joven del agua', fin y principio

La Joven Del Agua 2

De vital relevancia a la hora de poder tachar a un filme como sobresaliente o magistral, que el guión de 'La joven del agua' fuera un elemento tan disfuncional en aquél primer visionado, y que dicha disfuncionalidad siga presente años y revisiones después —atenuada, pero presente a fin de cuentas— viene a afirmar con contundencia que es esta fábula aquella que cierra una puerta y abre una completamente diferente en la trayectoria de Shyamalan. Atrás quedan sus mejores incursiones en la gran pantalla. Por delante, todo un rosario de lo peor que ha llegado a ofrecer. En medio de ambos mundos, una producción que se debate entre uno y otro.

Apoyando a lo que vendrá, no insistiré más en ello, el guión. En favor de lo que fue, para empezar, una dirección espectacular que vuelve a dejar muestras de asombro y maravilla: si bien abusa en exceso de los desenfocados forzados, Shyamalan demuestra de nuevo ser un realizador mayúsculo que sabe sacar partido de unos escenarios y unas situaciones harto ridículas; y a su buen hacer tras las cámaras debemos, por poner un par de ejemplos, el montaje paralelo en dos tiempos diferentes en el que Cleveland va averiguando los personajes del edificio que tienen que ayudarle, y sobre todo, la conversación a tres bandas en el piso de los hindúes con Cuento en la ducha. Impresionante.

Un calificativo éste último que hay que aplicar, sí o sí, a ese actor llamado Paul Giamatti que se merienda, sí o sí, a todo aquél que se le pone por delante —ayuda indudablemente que en él vuelque el cineasta el mayor esmero de definición y trasfondo—, llámese una comedida Bryce Dallas Howard, un correcto Shyamalan que se reserva aquí algo más que un mero cameo o el espléndido Bob Balaban que el cineasta utiliza como una nada sutil crítica a los que nos ganamos la vida hablando de cine dibujándonos como los elementos más prescindibles e inútiles de todos los que, de una forma u otra, inciden sobre una producción cinematográfica.

La Joven Del Agua 3

Ahora bien, si hay un presencia constante en las producciones del director que vuelve a alzarse aquí por derecho propio como lo mejor de todas que ofrece el filme, eso es la música de James Newton Howard. Incluso cuando la historia hace tiempo que han dejado de hablarnos al corazón y son sólo las imágenes las que siguen manteniendo cierto poder hipnótico sobre el espectador, es la partitura de Howard la que fascina sin remisión, y aquí no hay mejor ejemplo que el TEMAZO que acompaña al anti-climático clímax de la cinta.

El inconmensurable tono épico de esos cinco minutos finales, la fuerza poética de la conclusión del cuento y que, incluso a pesar de los pesares, la cinta deje un regusto agradable, se deben sin duda al talento sin par que Newton Howard derrocha en cada línea de pentagrama de cuántos componen 'The Great Eatlon'. Si con él estamos hablando de un filme irregular que sirve como antesala del descenso a los "infiernos" de Shyamalan; sin su presencia es muy probable que 'La joven del agua' hubiera sufrido aún peor suerte que haber sido devorada de forma inmisericorde por la crítica de la pasada década.

Otras críticas en Blogdecine:

'La Joven del Agua', la magia de Shyamalan

'La Joven del Agua', precioso cuento sobre el destino de nuestras vidas

Shyamalan | 'El incidente', el traspiés

$
0
0
El Incidente Poster

Recuerdo haber acudido al cine a ver 'El incidente' ('The Happening', 2008) aquel viernes de julio de hace siete años como el que se acerca de forma casual a las salas más cercanas un día de estreno a pasar un rato con el filme de relleno de turno y no con lo nuevo de un director que hasta entonces había conseguido conquistarme de forma plena con tres de las cinco películas que le había visto, quedándose las otras dos a cierta distancia de aquéllas —como hemos visto estos días atrás— pero fascinándome por momentos tanto como ellas.

Responsable de dicha indiferencia eran, primero, las críticas previas que llegaban del otro lado del charco; unas críticas que se estaban ensañando con la cinta en modos todavía más mordaces e intransigentes que con 'La joven del agua' ('Lady on the Water', 2006) y que dejaban claro que algo había en el filme que funcionaba rematadamente mal. En segundo lugar, el pésimo trailer, que parecía querer vender la película como una incursión de Shyamalan en el género de catástrofes y que anticipaba el horror que iba a ser aguantar a Mark Whalberg de protagonista —atención por favor a la cara del actor en el minuto 1:40 del avance, ¿sólo a mi me recuerda a ésto?.

Con todo, y aunque la indiferencia era la actitud que predominaba sobre otras disquisiciones antes de que se apagaran las luces de la sala, en algún rincón guardaba un pequeño resquicio de esperanza sobre el posible reencuentro con el mejor Shyamalan. Una esperanza que quedo obliterada toda vez la cinta trascendió tanto sus inquietantes créditos iniciales —otra vez James Newton Howard haciendo su trabajo a las mil maravillas— como los tres minutos y medio que le siguen a continuación. 210 segundos mal contados que, a la postre, son casi lo único que vale la pena de la hora y media de metraje sobre la que se prolonga en exceso la estirada anécdota que es el guión.

Inexplicable cambio de rumbo

El Incidente 1

Añadiendo a la truculenta efectividad de ese puñado de segundos todos aquellos momentos en que Shyamalan pone en imágenes los efectos de la devastadora fuerza que va acabando sistemáticamente con todos los humanos que aparecen en pantalla, resulta muy significativo del brusco giro que da aquí la filmografía del cineasta estadounidense el que, en aras de epatar al espectador con la ingeniosa crudeza de las muertes, el artista abandone la sutileza que hasta entonces había sido característica fundamental de su estilo.

De acuerdo, de cuando en cuando seguimos reencontrándonos con el Shyamalan que se hacía grande en lo que se sugería fuera de plano —y aquí el ejemplo más evidente es el de esos disparos que indican el deceso de uno de los grupos—, pero que el talante fundamental de 'El incidente' sea el de caer en el morbo fácil, termina por convertir al artesano de la insinuación en un cineasta burdo y sensacionalista que reacciona aquí en exceso ante la indiferencia que levantó su anterior producción entre el público, traicionando su personalidad en aras de la búsqueda de una mayor repercusión crítica y comercial.

Irónicamente, la jugada se queda lejos de funcionar, y esos contados instantes en los que Shyamalan deja de ser Shyamalan quedan ahogados en un conjunto inane, insípido y por momentos insoportable que nunca parece tener claro hacía dónde se dirige, que queda marcado a fuego por un insufrible halo de casualidad y que, debido a éste, imprime en el público una indiferencia completa hacia todo lo que sucede en pantalla en términos generales y, por supuesto, hacia lo que pueda ocurrirle al trío de actores que encabezan el reparto.

'El incidente', temed al viento

El Incidente 2

Tanto es así, tan lejos queda 'El incidente' de conseguir que empaticemos lo más mínimo con Mark Whalberg, Zooey Deschanel o John Leguizamo, que desde el momento que los vemos aparecer en pantalla —la presentación de Deschanel y su trabajo durante toda la cinta no puede ser más ridícula y lamentable— deseamos con intensidad que esa fuerza desconocida que altera los mecanismos de autodefensa del cerebro provocando en hombres y mujeres la imperiosa necesidad de acabar con sus vidas, haga lo propio con la terna o, por extensión, con cualquiera de los lamentables personajes que desfilan por el metraje, y de término así a nuestro sufrimiento.

Sin contar pues con uno de los puntos de apoyo que mejor había sabido cuidar hasta este momento en su cine, Shyamalan se muestra notoriamente incapaz de enhebrar un guión que escape a la sensación de haber sido construido de forma aleatoria alrededor del puñado de esas impactantes escenas sueltas de las que hablábamos antes. Contando de nuevo con la constante de un amor que nunca ha sido más ridículo que aquí, lo errático y poco interesante del devenir de la acción tiene su máximo exponente en el PEOR último acto que ha tenido cualquiera de los filmes del cineasta y el más disfuncional clímax de cuantos le hemos podido ver hasta la fecha.

El Incidente 3

Errática como esa encarnación del poder de la madre naturaleza que es el amenazante viento que va acabando de forma sistemática con (casi) todas las vidas que se interponen en su camino, la llegada a la casa en la que se desarrolla el tramo final de la proyección, el personaje que allí habita, el muy forzado "mal rollo" que transmite y lo fútil de su inclusión —pues nada aporta a la trama—, no son más que el reflejo evidente de que Shyamalan no tenía ni pajolera idea de cómo dar puntadas al deshilachado tejido de una historia que se le escapa de las manos desde el minuto uno.

Ante tal dechado de carencia de virtuosismo cinematográfico, hasta el score de Newton Howard parece afirmar, por su desganado discurrir —más allá de los créditos iniciales y la música que acompaña al clímax— que del genio que el cineasta había detentado en el pasado no quedan sino las ascuas, y que éstas son de todo punto insuficientes para inspirar una partitura que eleve las impresiones finales sobre el filme. Un filme que, huelga decir, es el punto más bajo e inmemorable de la trayectoria de un M. Night Shyamalan al que todavía con su siguiente producción seguiremos observando discurrir por cenagosos y despersonalizados territorios.

Otras críticas en Blogdecine:

'El Incidente' ('The Happening'), malas señales

'El Incidente', los pájaros de Shyamalan

Shyamalan | 'Airbender, el último guerrero', la adaptación

$
0
0
Airbender Poster

Vaya por delante, antes de que por la razón que sea quede omitido en el transcurso de la entrada, que ni había visto la serie de animación de 'Avatar' antes del estreno de la cinta que hoy ocupa nuestra atención; ni la vi después de acudir temeroso al cine hace cinco años a la proyección de filme número nueve en la trayectoria de un M. Night Shyamalan que, después del encontronazo que supuso su anterior título, tenía mucho recorrido por delante para recuperar la confianza tanto del público en términos generales como del cinéfilo que desde estas líneas os "habla".

Y lo aclaro por cuanto creo necesario establecer que los estándares en los que se mueve mi apreciación hacia 'Airbender, el último guerrero' ('The Last Airbender', 2010) no están contaminados por las tres temporadas —y sesenta y un episodios— emitidas por Nickelodeon entre 2005 y 2008. De hecho, por lo que muchas voces han clamado por la red, y otras más cercanas me han transmitido de forma directa, si a la hora de opinar sobre la cinta de Shyamalan tuviera que hacerlo en parte a través de la comparativa con la serie de animación, el filme del estadounidense saldría peor parado de lo que vais a poder encontraros en las siguientes líneas.

Fantasía trasnochada

Airbender 1

Sin saber pues en qué medida el guión redactado por Shyamalan corrompe o no el espíritu de lo imaginado originalmente por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko —si buscáis por ahí encontraréis declaraciones previas y posteriores de los artistas que ilustran a la perfección lo que yo no puedo—, no creo necesario de todas formas contar con el bagaje que hubiera aportado la serie para poder hacer al libreto de esta cinta (casi) máximo responsable de que terminara siendo calificada como uno de los peores filmes de la historia del cine.

Poniendo en barbecho una afirmación que me parece de todo punto exagerada —a fin de cuentas, a 'Airbender...' no le aplicaría epítetos tales como nefasta o execrable— lo muy equivocado del ambicioso y episódico discurrir del filme incurre constantemente desde el mismísimo arranque del metraje en ir desaprovechando las obvias oportunidades que ofrece el material de partida para perderse en un conjunto despersonalizado, deslavazado y desangelado que nunca llega a atrapar al espectador en su irregular transcurrir.

Airbender 2

Y si no lo hace es tanto por lo muy atropellado de la introducción a la mitología que mana de la serie que es la práctica totalidad del primer acto, como a la paupérrima definición que se hace de unos personajes que carecen de profundidad y que, en manos de un grupo de intérpretes de lo más variopinto, quedan expuestos como el otro gran responsable de conseguir que cuando se habla de la cinta se haga "echando pestes" de algunos de los mal llamados actores que por ella se pasean.

Al frente de los mismos, la pareja formada por Jackson Rathbone —esa perpetua expresión de estupidez llega a rayar en lo insultante— y Nicola Peltz, la hija de multimillonario metida a "actriz" que fue premiada por su trabajo aquí con uno de los cinco Razzies de que se hizo acreedora la producción. A medio camino entre lo lamentable de éstos dos y lo mejor que nos ofrece 'Airbender...' desde un punto de vista interpretativo —algo que recae sobre un efectivo Noah Ringer y en la solidez de Shaun Toub— queda un Dev Patel algo sobreactuado que, no obstante, no termina de rayar en el ridículo absoluto en el que sí incurren sus dos citados compañeros.

'Airbender, el último guerrero', sólo la música

Airbender 3

Carente aquí casi por completo de la inventiva visual que lo había caracterizado hasta 'La joven del agua' ('Lady in the Water', 2006), los esfuerzos de realización que Shyamalan asume para sacar adelante la producción de mayor presupuesto de cuántas se ha hecho cargo, se traducen en una completa desnudez del depurado estilo que le habíamos visto al cineasta. En su lugar, la mediocridad y el abuso de cámara lenta para lucimiento de los costosos efectos digitales del filme son la tónica de un espectáculo carente de interés...salvo por la música.

Haciéndose grande en algo que Jerry Goldsmith siempre tuvo muy claro —que no había filme pequeño o "erróneo" que no merecería sus más denodados desvelos—, James Newton Howard se crece ante el inexistente talante épico de las imágenes rodadas por Shyamalan para, precisamente, aportar a las mismas toda la espectacular personalidad que éstas atesoran por momentos: de soberbias orquestaciones, con un uso imponente de la sección de percusión y, de nuevo, el protagonismo absoluto de las cuerdas en los momentos de mayor relevancia, es en el clímax del filme —la única escena del mismo que convence al 100%— donde una vez más Howard se cubre de gloria.

Su arrebatador 'Flow like water' y la forma en la que Shyamalan visualiza el impresionante logro de Aang, el Avatar que da título a la serie original, es señal inequívoca, como ya lo había sido en el pasado, de que mucha de la efectividad del cine del realizador de origen indio descansa —y de qué manera— en los pentagramas del músico. Unos pentagramas que aquí se sitúan en primera fila de protagonismo y que, en cada aparición, dejan patente lo poco agraciado de una cinta que no sirvió, como todos esperábamos, para recuperar a la mejor versión del cineasta.

Otras críticas en Blogdecine :

'Airbender: El último guerrero', lo peor de Shyamalan

'Airbender: El último guerrero', Shyamalan, otro gran incomprendido


Shyamalan | 'After Earth', el encargo

$
0
0
After Earth Poster

Si hay una cualidad que creo que resulta fundamental a la hora de entender lo mejor que el cine de Shyamalan nos ha dejado en los veintitrés años que han transcurrido desde aquellos primeros intentos de 'Praying with Anger' (id, 1992) esa es la relativa independencia y autonomía con la que el cineasta se fue moviendo de producción en producción atendiendo poco o nada a lo que la industria y el público parecían exigir de él. Una independencia que hasta su noveno filme, se había traducido en no asumir encargos de ningún tipo y en, para bien o para mal, filmar siempre de forma exclusiva guiones escritos por él mismo sobre las historias que le interesaba contar.

Pero dicha trayectoria cambió en el momento en que, tras estrellarse con 'El incidente' ('The Happening', 2008) y hacer lo propio con ese primer acercamiento al cine de "estudio" que fue 'Airbender, el último guerrero' ('The Last Airbender', 2010), Shyamalan se vio en la delicada tesitura de tener que comenzar a "pasar por el aro" de Hollywood si quería seguir teniendo opciones de dedicarse a aquello para lo que había demostrado en el pasado aptitudes propias de un genio del séptimo arte. Y es entonces cuando una fortuita llamada y una intención que venía de tiempo pasado colisionaron para dar este fruto inmaduro a ratos que es 'After Earth' (id, 2013).

La llamada era de un Will Smith que, con la excusa de felicitar a Shyamalan por su cumpleaños, quería tantear al director para que se hiciera cargo de una idea que el actor había puesto en pie en un primer borrador con la ayuda de Gary Whitta. La intención, una pretendida colaboración que ambos llevaban tiempo queriendo sacar adelante pero que, hasta entonces, por motivos diversos, no habían podido concretar. Resultado probable de la necesidad anteriormente apuntada y de lo muy atractiva que, según cuenta, le pareció a Shyamalan la historia de un padre y un hijo que se estrellan mil años en el futuro en una Tierra abandonada por la humanidad, quedaba sellado el que sería décimo título en la filmografía del director de ascendencia india.

¿Por qué Will, por qué?

After Earth 1

Ingestas de miembros viriles al margen —mucho fue lo que ambos artistas celebraron en los medios de comunicación su colaboración y más lo que se alabaron desaforadamente el uno al otro— y dejando de lado las exaltaciones cienciológicas que muchos vieron en el metraje, lo que creo que nadie puede poner en duda una vez vista, es que 'After Earth' vuelve a ser, como casi todas las cintas por él protagonizadas, una producción enhebrada a mayor gloria de Will Smith y, en este caso en particular, de su hijo Jaden. Un "intérprete" éste que ya había sufrido el azote de la crítica con el remake de cierto filme de artes marciales de los ochenta y que aquí sería objeto de escarnio masivo.

Y no es para menos. Si en lo que respecta a Smith padre tenemos que aguantar la cara desprovista de emociones de una de las interpretaciones más lamentables del carismático actor, al centrar nuestra atención en Smith hijo, la lluvia de odio que el joven sufrió por su vehemente encarnación del joven que quiere seguir los pasos de su progenitor y convertirse en un guerrero capaz de acabar con una letal raza de extraterrestres, quizás no fuera merecida en su totalidad, pero si en un muy alto porcentaje por lo muy ineficaz que el adolescente se muestra a la hora de proveer de credibilidad a su personaje.

Un hecho éste que, a la postre, resulta letal para la apreciación de la cinta por cuanto la práctica totalidad de la misma descansa en lo mucho de los cien minutos en que la acción se centra, de forma exclusiva, en las tribulaciones del muchacho recorriendo la superficie de un planeta que en esos mil años que han transcurrido desde que el hombre lo abandonó, se ha transformado en un territorio salvajemente hostil para la raza humana. Coja pues en tan fundamental cualidad para el éxito de un filme, que padre e hijo se muestren notoriamente incapaces de provocar en el espectador algo más que una discreta simpatía, es un veneno que corroe el corazón de 'After Earth'.

'After Earth', una tímida recuperación

After Earth 2

Ahora bien, si por un lado hemos de posicionarnos en una actitud negativa para con dicho sesgo de los resultados artísticos de la producción, por el otro hemos de celebrar, aunque no de forma efusiva —para qué engañarnos— que haya durante la duración del filme algunos momentos en los que se atisba al Shyamalan que nos cautivara en el pasado. Como digo, no son muchos, pero cuando aparecen hacen que la esperanza del reencuentro que fue obliterada y aplastada por sus dos anteriores filmes vuelva a resurgir tímida a la espera de que una nueva incursión en la gran pantalla nos demuestre, a los que lo tenemos en gran estima, que no fue lo de sus éxitos flor de un día.

Con el clímax como mejor ejemplo de esa tímida recuperación —y como momento de mayor exposición de la escueta partitura que James Newton Howard escribe para la ocasión— resulta muy llamativo observar que en esa rendición que suponía tanto 'Airbender...' como el presente filme, Shyamalan abandonara su eterna negativa a plagar su cine de trucajes digitales. Cierto es que, sin ellos, habría sido imposible levantar cualquiera de los dos títulos, pero quiero ver en el acercamiento a ambos del cineasta un cambio de posturas que, obviamente, nada bien sentó a su cine.

Queda pues 'After Earth' como un entretenimiento (muy) discontinuo jalonado por algún que otro instante afortunado que, quién sabe, en manos de otro guionista y con otros actores, quizás habría inspirado a Shyamalan a un trabajo de mayor enjundia y podría haber supuesto el muy esperado regreso de un cineasta con el que, vayan mis dudas por delante, no creo que podamos reencontrarnos en 'La visita' ('The Visit', 2015) que hoy llega a nuestros cines. Espero equivocarme.

Estrenos de la semana | 11 de septiembre | Los regresos de Penélope Cruz y Shyamalan

$
0
0
Ma Ma

¡Por fin llegó el viernes! Y con él un buen puñado de estrenos que corroboran que el verano ha terminado y es el momento de ponerse serios y volver al trabajo, pero no sin pasar el fin de semana por las salas de cine. Cuando la carrera a los Oscar ya ha empezado y mientras este mes se celebran tres grandes festivales de cine -Venecia, Toronto y San Sebastián-, podemos ir entreteniéndonos con los interesantes títulos quellegan a la cartelera.

Los más destacados son, sin duda, 'ma ma', la nueva película de Julio Medem, que además de suponer la vuelta del director vasco al cine tras cinco años de silencio, es el regreso por la puerta grande de Penélope Cruz en el cine español. Y otro gran regreso, el de M.Night Shyamalan, quien dicen, ha vuelto a sus orígenes del terror más absoluto con 'La visita'. Hay para todos los gustos, así que...¡hagan su elección!

ma ma

Dirección: Julio Medem. País: España. Año: 2015. Duración: 95 min. Género: Drama. Reparto: Penélope Cruz, Luis Tosar, Asier Etxeandía, Àlex Brendemühl, Silvia Abascal, Mateo Planell. Guion: Julio Medem. Producción: Julio Medem, Penélope Cruz, Álvaro Longoria. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Julio Medem, Iván Aledo. Distribuidora: eOne Films.

Sinopsis: Magda es una valiente mujer que, al verse obligada a enfrentarse cara a cara con la tragedia, reacciona sacando toda la fuerza que tiene en su interior, incluso en aquellos momentos en los que le parece algo imposible de hacer. Así, Maga y su entorno se verán en situaciónes muy difíciles, pero siemper van a ser capaces de sacarse una sonrisa los unos a los otros y, junto con la felicidad, vivirán intensos momentos de humor y risas.

Ideal para... los admiradores de Penélope Cruz y seguidores del cine de Julio Medem, que sé que en nuestro país no son muchos. Para los que no tengan prejuicios y quieran ver una película luminosa sobre la vida y la muerte.

La visita (The Visit)

Dirección: M. Night Shyamalan. País: USA. Año: 2015. Duración: 94 min. Género: Terror, thriller. Reparto: Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Kathryn Hahn. Guion: M. Night Shyamalan. Producción: M. Night Shyamalan, Jason Blum, Mark Bienstock. Fotografía: Maryse Alberti. Montaje: Luke Franco Ciarrocchi. Distribuidora: Universal Pictures.

Sinopsis: Solo hay tres reglas cuando vas a casa de la abuela: 1) Come todo lo que quieras. 2) Pásalo en grande. 3) Nunca salgas de tu cuarto después de las 9:30 de la noche.

Becca y su hermano Tyler pasan una semana en casa de sus abuelos, Nana y Pop Pop, una perdida granja de Pensilvania. Cuando los niños descubren que sus abuelos están metidos en algo profundamente inquietante, se dan cuenta de que cada día que pasa, hay menos probabilidades de que regresen a casa con su madre.

Ideal para... los que echan de menos al M. Night Shyamalan más misterioso e inquietante.

American Ultra

Dirección: Nima Nourizadeh. País: USA. Año: 2015. Duración: 95 min. Género: Comedia, acción. Reparto: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Connie Britton, Walton Goggins, Topher Grace, John Leguizamo, Bill Pullman, Tony Hale. Guion: Max Landis. Producción: David Alpert, Anthony Bregman, Kevin Scott Frakes, Britton Rizzio, Raj Brinder Singh. Música: Marcelo Zarvos. Fotografía: Michael Bonvillain. Montaje: Andrew Marcus, Bill Pankow. Distribuidora: TriPictures Spain.

Sinopsis: Mike Howell pasa la mayor parte de su tiempo fumado, sentado en la caja del Cash & Carry y escribiendo una novela gráfica que nunca publicará sobre un mono que es un super héroe. Algún día le gustaría llevar a su novia Phoebe a Hawaii – si es que alguna vez llega a superar los inexplicables ataques de pánico que sufre cada vez que intenta salir del pueblo.

Él no lo sabe, pero en realidad es un agente secreto creado por la CIA, y acaban de decidir liquidarle. Mientras algunos de los agentes más mortales de la agencia se dirigen a buscarle, la antigua responsable de Mike, Lasseter, se compadece y activa sus habilidades latentes, convirtiendo al apocado holgazán en una máquina de matar.

Cuando la sencilla vida de Mike se convierte en una persecución a vida o muerte, nadie se sorprende más que él al descubrir su sorprendente habilidad para convertir hasta una cuchara de lo más corriente en un arma de destrucción masiva. Con un agente obsesionado siguiéndole la pista, el recién resurgido súper asesino recurre al héroe de acción que lleva dentro para intentar salvarse y salvar al amor de su vida.

Ideal para... amantes del cine gamberro y poco correcto.

Una segunda oportunidad

Dirección: Susanne Bier. País: Dinamarca. Año: 2014. Duración: 104 min. Género: Drama. Reparto: Nikolaj Coster-Waldau, Ulrich Thomsen, Nikolaj Lie kaas, Thomas Bo Larsen, Maria Bonnevie, Molly Blixt Egelind, May Andersen. Guion: Anders Thomas Jensen, Susanne Bier. Producción: Sisse Graum Jørgensen. Música: Johan Söderqvist. Fotografía: Michael Snyman. Montaje: Pernille Bech Christensen. Distribuidora: Golem.

Sinopsis: Los amigos Andreas y Simon son dos policías que viven de forma muy diferente. Andreas es feliz con su mujer y su hijo; Simon acaba de divorciarse y se emborracha regularmente. Todo cambiará cuando intervienen en la pelea de una joven pareja de yonquis y descubren a un bebé en un armario. Andreas, el hombre estable, obligado a enfrentarse a su impotencia, empieza a perder su idea de la justicia. El rebelde Simon deberá restaurar el equilibrio entre el bien y el mal.

Ideal para... los que disfrutan con el interesante cine de Susanne Bier y quienes quieran ver a Nikolaj Coster-Waldau fuera de su entorno natural, que es, claramente Casterly Rock.

Una semana en Córcega

Dirección: Jean-François Richet. País: Francia. Año: 2015. Duración: 105 min. Género: Comedia. Reparto: Vincent Cassel, François Cluzet, Lola Le Lann, Alice Isaaz, Philippe Nahon. Guion: Lisa Azuelos, Jean-François Richet. Producción: Thomas Langmann. Música: Philippe Rombi. Fotografía: Robert Gantz, Pascal Marti. Montaje: PHervé Schneid. Distribuidora: Festival Films.

Sinopsis: Antoine y Laurent, dos divorciados parisinos de cuarenta y tantos, deciden pasar las vacaciones en Córcega junto a sus respectivas hijas, Louna y Marie. Lo que parecía una semana perfecta, se complica cuando Louna se enamora de Laurent y provoca todo tipo de enredos para intentar seducirle.

Ideal para... los que no puedan resistirse a los encantos de Vincent Cassel, como la adolescente de la cinta. Por lo demás, la película parece no tener mayor importancia.

Los exiliados románticos

Dirección: Jonás Trueba. País: España. Año: 2015. Duración: 70 min. Género: Comedia. Reparto: Vito Sanz, Francesco Carril, Luis E.Parés, Isabelle Stoffel, Renata Antonante, Vahina Giocante. Guion: Jonás Trueba. Producción: Javier Lafuente. Música: Tulsa. Fotografía: Santiago Racaj. Montaje: Marta Velasco. Distribuidora: CineBinario Films.

Sinopsis: Tres amigos emprenden un viaje sin motivo aparente. Algunos podrían decir que se trata de quemar las últimas naves de la juventud mientras que otros hablarán de la decadencia del género masculino. Los exiliados románticos habla un poco de eso y de otras cosas no menos trascendentes, durante un trayecto largo y a la vez corto en el que los personajes van al encuentro de amores idílicos y a la vez efímeros, con la única misión de sorprenderse a sí mismos y de seguir sintiéndose vivos.

Ideal para... amantes del cine francés, nostálgicos del verano y bueno, siemplemente para aquellos que disfruten con la belleza y las cosas sencillas.

Crítica en Blogdecine: 'Los exiliados románticos', la dulce levedad del verano (por Lucía Ros)

Los héroes del mal

Dirección: Zoe Berriatúa. País: España. Año: 2015. Duración: 98 min. Género: Drama. Reparto: Jorge Clemente, Emilio Palacios, Beatriz Sánchez Medina, Macarena Gómez. Guion: Zoe Berriatúa. Producción: Zoe Berriatúa, Álex de la Iglesia, Carolina Bang, Kiko Martínez. Música: Aram Kachaturian, Benjamin Britten, Jean Sibelius. Fotografía: Iván Román. Montaje: Esteban González. Distribuidora: Sony Pictures.

Sinopsis: Esteban, Sarita y Aritz se conocen por un denominador común para los tres. Son jóvenes y son asociales. Pronto surge una amistad rodeada de violencia, alcohol y drogas entre ellos. Esta espiral hace que los tres se planten su vida como venganza hacia todo aquel que les humilló de una forma u otra.

Pero los límites de la violencia son rebasados por Aritz, lo que hará que Esteban y Sarita se cuestionen todo lo que les está pasando... Hasta llevarles a todos más allá de esos límites.

Ideal para... los que vibren con el cine social adolescente y los que tengan curiosidad por continuar conociendo la carrera de Álex de la Iglesia como productor.

Reina y patria

Dirección: John Boorman. País: Francia, Irlanda, Dinamarca. Año: 2014. Duración: 114 min. Género: Drama. Reparto: Callum Turner, Caleb Landry Jones, Pat Shortt, David Thewlis, Richard E. Grant, Tamsin Egerton, Sinéad Cusack, David Hayman, John Standing. Guion: John Boorman. Producción: John Boorman, Cristian Bostanescu, Kieran Corrigan. Música: Stephen McKeon. Fotografía: Seamus Deasy. Montaje: Ron Davis. Distribuidora: Good Films.

Sinopsis: 1952. Bill Rohan, de 18 años, pasa su vida soñando en la casa familiar, a orillas del río, a la espera de ser llamado a filas por el servicio militar obligatorio. Cada mañana, Bill nada en el río y suspira por una bella muchacha que pasea en bicicleta a través de los caminos cercanos. Esa realidad idílica chocará con la rudeza del campo de entrenamiento. Allí se encontrará con Percy, un bromista amoral, y juntos tramarán la caída del sargento Bradley, su incesante torturador. A pesar de ser rivales, Percy y Bill poco a poco forjarán una profunda amistad.

Tras el entrenamiento básico, muchos reclutas serán enviados a luchar contra los soldados chinos en la Guerra de Corea, pero Bill y Percy serán asignados a un claustrofóbico campo de entrenamiento, parecido a una prisión, donde ejercerán de instructores. La presión a la que estarán sometidos a partir de entonces quedará paliada con las excursiones al aire libre, durante las que Bill se enamorará de la chica equivocada.

Ideal para... los seguidores de los dramas románticos bélicos.

Capitán Diente de sable y el tesoro de Lama Rama

Dirección: John Andreas Andersen, Lisa Marie Gamlem. País: Noruega. Año: 2014. Género: Acción, aventura, infantil. Reparto: Kyrre Haugen Sydness, Anders Baasmo Christiansen, Jon Øigarden, Tuva Novotny, Fridtjov Såheim, Odd Magnus Williamson, Robert Skjaerstad, Andreas Cappelen. Guion: Terje Formoe, Lars Gudmestad. Producción: Lars Andreas Hellebust, Frederick Howard, Gudny Hummelvoll, Fredrik Støbakkn. Música: Patrik Andrén, Johan Söderqvist. Fotografía: John Andreas Andersen. Montaje: Jens Christian Fodstad. Distribuidora: Flins y Piniculas.

Sinopsis: Navegando y adentrándose en el mar, junto al capitán está Pinky, un huérfano con el que vive cientos de aventuras en busca de un ansiado tesoro. La aventura les lleva hasta el reino de Lama Rama donde Pinky podrá saber quién es su verdadero padre.

Ideal para... niños noruegos y los que busquen la nueva 'Hook' (Steven Spielberg, 1991).

Shyamalan | 'La visita', la broma

$
0
0
La Visita Poster

De mal gusto, cabría añadir.

Ya decía el pasado viernes en las últimas líneas de 'After Earth' (id, M. Night Shyamalan, 2013) que dudaba mucho que 'La visita' ('The Visit', 2015) fuera a ser capaz de devolvernos, aunque sólo en parte, al cineasta que nos había encandilado en su momento con aquellos tres títulos que no sólo conforman sin duda alguna lo mejor de su cine, sino también de lo más granado que Hollywood nos ha ofrecido en las dos últimas décadas. Desafortunadamente, el pequeño hálito de esperanza que aún conservaba con respecto a Shyamalan es obliterado, y de qué manera, por este esperpento mediocre que es su último filme.

A priori, que la ¿desesperada? asociación con Jason Blum encontrara traslación en una nueva iteración sobre lo saturadísimo del found footage no parecía la opción más recomendable para intentar encarrilar la trayectoria de Shyamalan. A fin de cuentas, con todo lo que se ha estrenado en el ¿género? desde que los Myrick lo pusieran de moda a finales de los noventa, que el cineasta de origen indio optara por él parecía, sobre el papel, una suerte de búsqueda desesperada de la recuperación del favor del público con lo que aparentaba ser el regreso a los terrenos sobrenaturales que se mantienen como lo más taquillero que ha conseguido el realizador.

Ni rastro

La Visita 1

Cuando es tanto lo que podríamos afirmar en contra de las decisiones que Shyamalan va tomando en el transcurso de la hora y media sobre la que se prolonga 'La visita', debería resultar complicado seleccionar un punto de partida. Pero no es ese el caso aquí cuando la mayor parte de la mediocridad que comentaba más arriba recae, sí o sí, sobre lo que el director lleva a cabo tras el objetivo: recalando en unas fórmulas desgastadas de tanto uso, los constreñidos modos del found footage comprometen de tal manera la libertad de actuación del artista, que no hay aquí rastro alguno del estilo que tanto llego a depurar en el pasado.

Dicha cualidad queda aplastada por las necesidades que requiere el género —sé que no lo es, pero nos entendemos, ¿no?—, esto es, mucha cámara en mano, abundantes planos subjetivos, excesivas secuencias en las que poco se puede apreciar en pantalla por lo agitado del movimiento del objetivo y demás características de una forma de hacer cine que, si tuviéramos que valorar en relación a lo que Shyamalan exploró en el grupo más brillante de su filmografía, se encuentra sin lugar a dudas en lo opuesto del espectro de lo que éste llegó a mostrar en los momentos de mayor genio narrativo y cinematográfico de su filmografía.

No hay aquí encuadres imaginativos, soluciones visuales excepcionales o instantes singulares de esos que dejaban sin aliento en títulos como 'El sexto sentido' ('The Sixt Sense', 1999), 'El protegido' ('Unbreakable', 2000) o 'Señales' ('Signs', 2002), y lo poco —ínfimo, casi inexistente— que cabría destacar es tan nimio que ni siquiera merece el esfuerzo que requeriría el volver a repasar mentalmente la totalidad del metraje para traer aquí a colación momentos que, en definitiva, no llegarían a la altura del betún a lo más común que podíamos apreciar en la terna de producciones anteriormente citadas.

'La visita', WTF???!!!

La Visita 2

Dejando claro pues que es la realización lo peor de una proyección de la que, sinceramente, no me veo en disposición de rescatar nada, hay otros dos valores en 'La visita' que se sitúan a muy pocos enteros del trabajo tras el objetivo de Shyamalan y que abundan sobremanera en que la percepción sobre el filme sea tan paupérrima: los actores y, cómo no, el guión. De hecho, es éste último el que vuelve a provocar los mayores arqueos de cejas en clara señal de sorpresa y desaprobación ante lo que se nos va mostrando.

Comedia intencionada completamente disfuncional que se mezcla con thriller de muy engañosas y aún más previsibles trazas, lo que el libreto del filme desarrolla y lo que los diálogos van desgranando difícilmente puede analizarse sin caer en la mofa que de igual forma merecen, por momentos, los dos protagonistas principales de la acción, unos adolescentes —para ser exactos un pre-adolescente y una adolescente— a los que les toca en desgracia el tener que dar credibilidad a las frases que Shyamalan pone en sus bocas.

Partamos de la base que, desde el momento en que el chaval arranca a rapear —y no queréis haceros una idea de lo lamentable que resulta dicho instante doblado al español—, uno abandona por completo el interés hacia lo que 'La visita' tenga que contarle: de tal calibre es lo ridículo, equivocado e inservible de la inclusión de dicha escena, que a partir de ella cuesta mantener la atención sobre lo que se pretende narrar; máxime si, no contento con una, son tres las ocasiones en las que Ed Oxenbould aparece en pantalla improvisando rimas de lo más esperpénticas.

La Visita 3

Quizás os pueda parecer exagerado que dichas ocasiones tengan el peso suficiente como para dejar de lado la posible apreciación de lo que el resto de la proyección ofrece, pero es tal el tamaño del calzador con el que están metidas, que terminan por desplazar a un conjunto que, seamos francos, se ve venir a la legua y nada nuevo logra ofrecer, no ya en la trayectoria de Shyamalan —eso es muy obvio— sino en los géneros a los que se va adscribiendo: su parte de drama familiar ya la habíamos visto expuesta de muy mejores maneras en el pasado del director y el resto, que no suscita ninguna reflexión, es tan común que ni siquiera vale la pena traerlo a colación.

Con 'La visita', como bien apuntaba uno de vosotros en los comentarios de 'After Earth', Shyamalan ha terminado de agotar el crédito que podía seguir concediéndosele en la confianza de que, tarde o temprano, volvería por sus antiguos fueros. No es así, y muy atractiva tendrá que ser su próxima propuesta para que me piense si desembolsar la entrada de una función que el pasado viernes bien podría haber dedicado a algo más productivo. No me atrevería a decir que M. Night Shyamalan ha muerto en términos cinematográficos, pero que una de sus extremidades inferiores está metida —y bien metida— en la tumba es, a estas alturas, incuestionable.

Taquilla USA: un tío perfecto evita el triunfo de Shyamalan

$
0
0
Carteles de La Visita y The Perfect Guy

M. Night Shyamalan ha estado a punto de volver por todo lo alto en la taquilla de Estados Unidos. 'La visita' ('The Visit'), su regreso al terror, se estrenó en el segundo puesto del ranking tras recaudar apenas un millón menos que 'The Perfect Guy'; la buena noticia para el cineasta es que su nueva película cosechó 25 millones de dólares, 20 más de lo que costó. El estudio Blumhouse ('Paranomal Activity', 'Insidious') se apunta otro éxito.

Top 10 de la taquilla en Estados Unidos

El número 1 es, por tanto, para un thriller dirigido por David M. Rosenthal que parece una versión alternativa de 'Cincuenta sombras de Grey'. Se centra en una chica que, cansada de su novio, se lanza a vivir un maravilloso romance con un tío supuestamente perfecto; la historia se vuelve violenta cuando el amante resulta ser un psicópata. Una trama muy trillada pero parece que el público todavía no se ha cansado de ella, os dejo el tráiler:

Un detalle que está dando que hablar es que por quinta semana consecutiva, la taquilla está liderada por una película con protagonistas negros (empezó con 'Straight Outta Compton'); es un dato curioso, de acuerdo, pero ¿no os parece absurdo llevar este tipo de estadísticas?

La otra novedad de la semana entra en novena posición, '90 Minutes of Heaven', otro drama de corte religioso que ha intentado aprovecharse del éxito de 'War Room'. Kate Bosworth y Hayden Christensen son las "estrellas" del reparto de una cosa que huele a bodrio por los cuatro costados. Gira en torno a un hombre que tras ser dado por muerto, vuelve a la vida una hora y media después afirmando que ha estado en el cielo... Echad un vistazo al tráiler:

PD: Con 1.080 millones de dólares en todo el mundo, 'Los Minions' adelanta a 'Toy Story 3' y se convierte en la segunda película de animación más taquillera de la historia (por detrás de 'Frozen').

Datos | Boxofficemojo

'La Visita', escalofriante y divertida al mismo tiempo

$
0
0
Cartel de 'La Visita'

Hay dos tradiciones que gustan mucho en Estados Unidos relacionadas con el cine con una gran relación entre ellas. La primera es aprovechar cualquier síntoma de debilidad para atacar con extrema dureza a alguien que hubiera destacado mucho y la segunda es el impulsar el regreso por la puerta grande de antiguas estrellas caídas en desgracia. M. Night Shyamalan lleva muchos años atrapado en lo primero, hasta el punto de que algunos creen que todo fue a peor tras el estreno de ‘El sexto sentido’ (The Sixth Sense).

Por mi parte, creo que ‘El protegido’ (Unbreakable) es el punto álgido de su carrera y hasta defiendo títulos con muy mala fama como ‘El incidente’ (The Happening) o ‘After Earth’, pero es innegable que el interés de su cine había bajado durante los últimos años. Quizá por eso aceptase el reto de rodar una película de terror de bajo presupuesto que ha acabado siendo mucho más que eso, ya que ‘La Visita’ (The Visit) es un paso en la buena dirección por mucho que se quede un poco lejos de sus mejores trabajos.

’La Visita’, un cóctel peculiar

La escena del horno de 'La Visita'

Sospecho que a estas alturas ya sabréis que Shyamalan realizó tres montajes diferentes de ‘La Visita’, el primero centrado en su lado más terrorífico, el segundo dando prioridad a su lado más cómico y un tercero alternando los dos primeros. Finalmente se decantó por este último y no me extrañaría que muchos espectadores no entrasen en la película como consecuencia de ello, sobre todo si tenemos en cuenta los problemas que ha tenido con anterioridad el cine de Shyamalan por las diferencias entre lo que vendían los tráileres y lo que acababan siendo en realidad.

Lo que no conviene dejar de lado es que estamos ante una película que en su raíz es un drama familiar, ya que Shyamalan no tiene interés en reducir este elemento a que el motivo de que los nietos no conozcan prácticamente nada de sus abuelos a un mero macguffin y prefiere hacer hincapié en ello para ligar esas dos realidades en principio tan incompatibles como el terror de verdad y la comedia ligera, logrando así que ni siquiera esos peculiares raps que se marca el personaje interpretado por Ex Oxenbould te saquen de lo que te están contando. De hecho, es un detalle esencial para definirlo y ‘La Visita’ bajaría varios enteros sin ellos.

Escena de la película 'La Visita'

Sin entrar en spoilers, Oxenbould representaría el lado más cómico –aunque hay más que rascar tras la mera superficie-, Olivia DeJonge el drama –impagable el momento en el que la cámara se va acercando a su rostro para que con simples gestos tenga que mostrar su desolación interior- y los abuelos ese elemento de terror que va pasando de pequeñas y sospechosas rarezas a cosas cada vez más desconcertantes. La cuestión es que la unión funciona en gran parte porque el trabajo de los actores raya a muy buen nivel y también porque Shyamalan establece una relación fluida entre ellos a través del guión.

Sí que es cierto que se le pueden poner varios peros a las soluciones adoptadas por el cineasta indio para construir la historia –todas ellas encaminas hacia el giro de guión quizá menos sorprendente de su carrera, pero a cambio el más lógico y mejor construido-, aunque tampoco son saltos de fe excesivos. A cambio nos propone un estimulante juego en el que lo que podría ser visto como altibajos de interés o incapacidad para mantener la sensación de suspense no es más que la consecuencia de una decisión muy meditada para convertir a ‘La Visita’ en mucho más que una “simple” película de terror.

Sacando todo el jugo al found footage

El found footage de 'La Visita'

Mi otro gran miedo hacia ‘La Visita’ era que Shyamalan cometiese un error habitual en el cine de metraje encontrado, y es dejar que las obvias limitaciones del found footage te esclavicen. Por suerte, lo que sucede aquí es que lo asimila e integra dentro de su discurso -hasta altera varios elementos definitorios del found footage- y lo único realmente cuestionable de su utilización está en lo creíble que pueda ser que un par de chavales muestre tanto talento para los encuadres de lo que está pensando como un mero documental para ayudar a superar a su madre un hecho traumático del pasado.

Además, Shyamalan también lo aprovecha para trazar un retrato bastante certero de la actitud cambiante de cada uno según esté siendo o no enfocado por la cámara, siendo este uno de los muchos detalles para que el found footage sea una forma de exteriorizar las heridas internas de todos los personajes, algunas más evidentes a simple vista y otras con un elemento oscuro que ayuda a dar más fuerza a esos momentos en los que el terror se adueña de la función, todos ellos muy bien ejecutados en lo visual y que siempre consiguen el impacto deseado.

Los protagonistas de 'La Visita'

Se crea entonces una interesante conexión entre la vertiente más emocional y la más comercial de ‘La Visita’, aunque justo es reconocer que dista mucho de ser perfecta y hay algunos momentos que no llegan a cuajar. Ojo, sí que entiendo su presencia y lo que Shyamalan busca con ellos, pero siempre ha sido mucho mejor director que guionista –a decir verdad, creo que la caída de interés de su cine se debe primordialmente a esto, ya que su talento visual siempre ha estado ahí, aunque no siempre con la misma intensidad- y eso también se nota aquí.

Además de a través del trabajo de dirección de Shyamalan y de que el conjunto en sí mismo funciona, el trabajo de los actores también resulta esencial, ya que la naturalidad que se transmite resulta esencial para la implicación emocional del espectador en lo que está sucediendo en ese momento y en lo que vamos descubriendo que sucedió en el pasado. Con todo, no son actuaciones de esas que ves y te dejan impresionado por sí mismas, pero lo realmente importante es que cumplen su función para elevar la película, así que yo no tengo ninguna queja reseñable en este aspecto.

En definitiva, ‘La Visita’ es un estimulante cóctel que mezcla terror, comedia y drama de una forma que desconcertará a algunos –si lo que buscáis es “sólo” pasar miedo, os recomiendo que recuperes en casa la estupenda película de la que os hablé hace poco- y eso hará que algunos acaben odiándola. Por mi parte, os animaría a darle una oportunidad siendo conocedores de antemano de lo que podéis esperar de ella, y como tal está a un nivel bastante alto.

Otra crítica en Blogdecine | 'La Visita', la broma

Viewing all 128 articles
Browse latest View live